miércoles, 31 de agosto de 2011

La batalla por la PUCP: La importancia de saber ceder

La batalla por la PUCP: La importancia de saber ceder

La batalla por la PUCP se asemeja a un ring de box.

En la esquina Derecha: el Vaticano, la Comisión Episcopal del Perú, los grupos conservadores (no al aborto, no al matrimonio gay, etc.) y varias personas que ven en la PUCP la reivindicación a dos derrotas electorales –la Presidencia de la República y la Municipalidad de Lima-; no faltan tampoco los q consideran que esta universidad es el origen caviar del Perú.

En la esquina izquierda: las autoridades de la PUCP -con un pasado nada “católico”, que va desde el apoyo al velasquismo hasta el PUM-, la Asamblea Nacional de Rectores, la Alcaldesa de Lima Susana Villarán y buena parte de la intelectualidad progre del país. Además de un buen número de personas que ven en la Iglesia el coto a la libertad de cátedra.

Cada extremo es representado por su campeón. En el extremo izquierdo está el Rector de la PUCP y Doctor en Derecho Marcial Rubio Correa. En la banda opuesta, el Arzobispo de Lima  y Sumo Canciller de la Santa Sede, Juan Luis Cipriani. Se programa una pelea a 9 asaltos, pero ambos saben que ésta es una batalla que se gana por Knock-out.

La confrontación es inminente. Y no es para menos. Los previos han sido más que intensos: demandas ante el fuero civil, una sentencia del Tribunal Constitucional desfavorable a la PUCP, el Ex Corde Ecclesiae y el Vaticano, interpretaciones varias al testamento de Riva Agüero, morbo mediático y lamentables etcéteras.

Suena la Campana. Los púgiles se miden, se acercan, observan cuidadosamente los hombros del rival para inferir de donde vendrá el golpe, dicen frases duras para irritarse, miran a su público que enloquece y alienta la pulverización del contrario. Gritan: ¡que no quede caviar con vida! ¡Fuera la iglesia represiva!...... pero ALTO….. ¿¿¿Alguna de las partes está pensando en la imagen que la PUCP está dando???

Mi PUCP –pues como ex alumno la siento mía- otrora admirada por la producción en masa de intelectuales de primer nivel es hoy motivo de desconcierto y burla por el público en general. El lío entre la Iglesia y la universidad es visto como un problema tan largo como enredado. Nadie sabe quién comenzó, menos quién tiene la razón. Solo se aprecia el ego colosal de sus púgiles y la codicia por el poder.

Ese  ego y la angurria están polarizando mi universidad y enfrentando a profesores contra profesores, alumnos contra alumnos y a las autoridades de alto nivel con el personal administrativo, creando resentimiento y desconfianza. Es momento de parar esta disputa antes de que todos salgamos dañados.

Mi propuesta de solución es dejar de ver este problema como un ring de box y mirarlo como una mesa de diálogo. Se basa en tres puntos resumidos. Lo primero es cambiar de interlocutores, los insultos mutuos y su afán de protagonismo han minado su credibilidad. Estoy convencido de que la Iglesia y las autoridades de la PUCP tienen buenos cuadros, abiertos y tolerantes a buscar un punto medio.

Lo segundo es ceder, comprender que hay que buscar puntos de consenso. La universidad no puede seguir siendo administrada por una burbuja caviar, tiene que compartir el poder con los sectores conservadores de la Iglesia. ¿Por qué debe ceder? porque es una iglesia creada e inspirada en valores morales católicos. Esa fue la intención de Riva Agüero, un ultra conservador y clerical a ultranza. Esta es la razón porque somos Pontificia. Pero esto no es óbice para seguir una doctrina que limite la libertad de conciencia y cátedra. Los órganos de gobierno de la universidad, como la Asamblea Universitaria tienen que estar vigilantes ante cualquier imposición de este tipo.

Tercero, se debe buscar una figura de centro para que sea el nuevo Rector. Yo propongo a elegir entre una terna de figuras moderadas, ex alumnos de la PUCP, como Alfredo Bullard, Lourdes Flores o Beatriz Merino. Personas de comprobada capacidad profesional e intelectual. El resto es tratar de conciliar intereses.

De esta forma, o de cualquier otra, espero que llegue la paz a la PUCP. Caso contrario, no deslegitimaremos tanto como comunidad universitario que ya no habrá vencedores, solo vencidos.








jueves, 4 de agosto de 2011

No caigamos en la estrategia del Presidente Humala

Presidente Humala, el 28 de julio escribí en este blog sobre la oportunidad que perdiste en tu mensaje a la nación. De cómo preferiste el choque político a la concertación. De tu poca capacidad de dialogo con ese 48% de la población que no votó por ti. Pensé que te habías equivocado.

Pero el que se equivocó fui yo. Al jurar por el “¿espíritu?” de la constitución de 1979, buscaste provocar a la bancada de fuerza 2011, con el fin de que los más “impulsivos” se rasgarán las vestiduras y que la tribuna dirija su atención al fondo y no la forma. Y lo conseguiste.  -ahora entiendo tu sonrisa burlona luego de la juramentación-. Nadie comentó las líneas centrales estatistas, ni demagogas de tu discurso, sino sobre si es legítimo o no jurar por una constitución derogada. Hasta el Presidente del Tribunal Constitucional metió su cuchara y un montón de constitucionalistas ligados a la izquierda lo defendieron. Primer round a tu favor.

Para ganar el segundo round necesitaste la ayuda de tu bancada y de partidos afines a tu pensamiento, los cuales aceptaron sin chistar. Dirigiste la Mesa Directiva del Congreso, junto con el congresista Abugattas, para que en sesión secreta, sancionara a Martha Chávez. Eso debilitó a tu rival político, los fujimorista, y mandó un mensaje directo a las demás bancadas de oposición: tengo la fuerza para expulsarte del congreso, violando el debido proceso, con buena parte de la prensa a mi favor. Lo hiciste sabiendo que nadie defenderá a alguien con tantas máculas y cuestionamiento como la Sra. Chávez. Es decir, provocaste a tu enemigo, lo hiciste caer y demostraste tu poder. Ni Sun Tzu lo hubiera hecho mejor.

Y ahora que se está desinflando el globo “Martha Chávez”, que las miradas analizan tus primeras acciones como mandatario, lanzas el globo teledirigido de la supuesta libertad de tu hermano Antauro. Y de “yapa” sueltas la burbuja del supuesto indulto a Fujimori. Con esto has conseguido distraer la atención de la población. Ya la prensa habla de si procede o no aplicarle el beneficio de la semilibertad a tu hermano y si el INPE, organismo jerárquicamente supeditado a ti, debe otorgarle dicha potestad penitenciaria. Los caviares de siempre empiezan a preparar las marchas y memoriales acerca de la imposibilidad de indultar a un violador de derechos humanos. Palmas para el púgil. Round tres ganado.

Pero me pregunto, ¿por qué tanto trabajo? ¿Todo este despliegue solo para suspender por 120 días a una congresista? El esfuerzo no lo vale. ¿Deseas ver a tu hermano en las calles nuevamente? Antauro esta preso desde febrero de 2005, no creo que a estas alturas te nazca el amor fraternal.

Tu estrategia apunta más alto. Buscas incluir a personas leales a ti, con antecedentes poco menos que limpios, en puesto claves de la seguridad e inteligencia del país. Una mirada al diario El Peruano desde le lunes 1 de agosto muestra como colocas a gente servil a ti en el Ministerio del Interior –Viceministro de Orden Interno, Jefe del Gabinete de Asesores de la Alta Dirección, Director General de Gobierno Interior- y Defensa –Viceministro de Recursos para la Defensa- sin importar sus capacidades técnicas. Incluso el nuevo Jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia fue tu compañero de promoción en el Ejército.

Esto pone de manifiesto tu verdadero objetivo: colmar los servicios de inteligencia y defensa nacional con tus amigos y aliados políticos, antes que con personas capaces y competentes para el cargo. Por eso tanto aspaviento político. Chávez, Antauro, Fujimori son solo cortinas de humo para tapar tus reales intensiones.

Pero recuerda Presidente Humala, todavía no has ganado. Esta pelea tiene más de tres rounds. Y tienes en frente a un grande: el pueblo peruano. El mismo que te vigila con lupa, que no se cree tu cuento de moderado, de convertido al sistema democrático luego de haber armado dos golpes de Estado. El hecho de que vayas ganando no te dará la victoria final, faltan varios asaltos. Esto recién empieza.


martes, 2 de agosto de 2011

La constitución de 1979 ¿volver al pasado?


Cuando Patricio Aylwin asumió la presidencia de Chile en 1990, todos los sectores políticos -salvo el partido comunista chileno-, sociales y económicos chilenos reconocieron como válida la constitución de 1980.

¿Pero es que acaso dicha constitución no fue producto de una de las dictaduras militares más atroces de América latina en términos de violación de derechos humanos y respeto a las libertades civiles –ver el informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, conocido como el informe Rettig-? ¿Es que acaso a la chilenos les faltó memoria o dignidad para recordar la dictadura de Augusto Pinochet? ¿Por qué no regresaron a la constitución de 1925 o elaboraron una nueva constitución?

Porque Chile optó por mirar al futuro. Por recordar el pasado sin rencor. Supo que había que hacer cambios y los hizo. Reformó la constitución en varias oportunidades. Pero siempre con la mirada puesta en afianzar los logros alcanzados y no en volver al pasado.

Estado Unidos no ha cambiado su “constitución” desde 1776, Inglaterra ni si quiera tiene una. El Código civil francés de 1804 rige la vida de los franceses en la actualidad. La constitución argentina data de 1853. Claro que hubo cambios, reformas, enmiendas. Pero todas esas modificaciones fueron mirando el mañana, no el ayer.

Ahora que algunos en el Perú añoran la constitución de 1979, cabe preguntarnos ¿por qué volver al pasado? ¿Es acaso un cambio constitucional la solución a los problemas del Perú? La respuesta es que no. El Perú mejorará cuando todos los peruanos trabajemos por salir adelante desde nuestro rol en la sociedad. Si cada peruano se esfuerza por estudiar más, trabajar más, ser mejores ciudadanos, el Perú crecerá.

La constitución de 1979 no nos asegura que mejoremos como país. Dejémosla pues como un recuerdo. Aceptemos la constitución de 1993 y sigamos adelante.